lunes, 28 de enero de 2013

Chambord: de caballeros y princesas



Erase una vez un rey aficionado a la caza y a la arquitectura que quiso construir un castillo grandioso en mitad de un bosque frondoso y repleto de fauna salvaje. Para ello, nombró a Leonardo da Vinci su “arquitecto” oficial aunque murió sin empezar la obra. Dejó su sello en la escalera helicoidal doble alrededor de la cual está construido el castillo. La escalera consta de dos hélices idénticas entrelazadas, cada una de ellas con una entrada distinta al mismo nivel, y un hueco común que distribuye la luz que entra por la linterna superior. Dos personas pueden subir por las hélices opuestas sin encontrarse aunque sí verse en algunos tramos… Ideal para intrigas y misterios de la corte.


 
 



Erase una vez una niña con vestido cruzado estampado con pájaros y flores y capota, riendo y corriendo junto a los cervatillos del bosque. Una caperucita roja del castillo…Esa niña juega al escondite en las terrazas del palacio, en el entramado mágico que forman tragaluces, altas torrecillas de escalera y chimeneas engalanadas por marquetería de pizarra.

 
 
 
 

Detrás de cada uno de nuestros diseños, hay una historia… Nuestro diseño Chambord  fue inspirado a la sombra de la construcción más espectacular del valle del Loira. Como curiosidad, destacaremos que una variante de este castillo fue utilizada como ilustración de la edición del Amadís de Gaula de 1553. Un castillo digno de caballeros andantes y princesas cautivas.
 
 

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