Erase una vez un rey aficionado a la caza y a la
arquitectura que quiso construir un castillo grandioso en mitad de un bosque
frondoso y repleto de fauna salvaje. Para ello, nombró a Leonardo da Vinci su “arquitecto”
oficial aunque murió sin empezar la obra. Dejó su sello en la escalera
helicoidal doble alrededor de la cual está construido el castillo. La escalera consta de dos hélices idénticas
entrelazadas, cada una de ellas con una entrada distinta al mismo nivel, y un
hueco común que distribuye la luz que entra por la linterna superior. Dos
personas pueden subir por las hélices opuestas sin encontrarse aunque sí verse
en algunos tramos… Ideal para intrigas y misterios de la corte.
Erase una vez una niña con vestido cruzado
estampado con pájaros y flores y capota, riendo y corriendo junto a los
cervatillos del bosque. Una caperucita roja del castillo…Esa niña juega al
escondite en las terrazas del palacio, en el entramado mágico que forman tragaluces,
altas torrecillas de escalera y chimeneas engalanadas por marquetería de
pizarra.
Detrás de cada uno de nuestros diseños, hay una historia… Nuestro diseño Chambord fue inspirado a la sombra de la construcción más espectacular del valle del Loira. Como curiosidad,
destacaremos que una variante de este castillo fue utilizada como ilustración de
la edición del Amadís de Gaula de 1553. Un castillo digno de caballeros
andantes y princesas cautivas.
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